El Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019, que se presentará a más tardar el 15 de diciembre al Congreso de la Unión, tendría espacio para incluir los proyectos del nuevo gobierno, los cuales sumarían cerca de 700 mil millones de pesos, que es lo que costarían los programas que la nueva administración desea implementar, confió la directora de Análisis Económico Financiero de Banco Base, Gabriela Siller.
Al presentar las nuevas proyecciones económicas de la institución, la economista estimó que será entregado un presupuesto de 5.6 billones de pesos, del cual sólo se podría hacer reingeniería a un 30 por ciento, equivalente a 1.8 billones de pesos del gasto programable, por lo que existe un margen positivo no endeudarse.
«Al tomar en cuenta los precriterios económicos en los que se basará el proyecto presupuestal de 2019 y el cual podría ascender a más de cinco billones 633 mil millones de pesos, alrededor de 30 por ciento es susceptible de ajustarse para facilitar el cumplimiento de los programas y sin afectar la trayectoria del endeudamiento público”, enfatizó Siller.
Será necesario un proceso de reingeniería fiscal si no se quiere recurrir a la deuda, como esperan los mercados. El gobierno tendrá poco margen de maniobra dado el nivel de deuda que hereda de la pasada administración, recalcó.
«Existen áreas de oportunidad para reducir el gasto público para financiar parte de este gasto”, enfatizó.
El gobierno entrante tendrá un margen para reasignar recursos por 30 por ciento del presupuesto, que hoy es parte del gasto programable y los programas ineficientes y duplicados, abundó, sin embargo, reconoció que el mayor reto será político.
Estos 700 mil millones de pesos corresponden a 32 por ciento del gasto programable, que es donde se encuentra el Ramo 23 y que es donde se podrían hacer varios ajustes para dar luz verde a los proyectos, que van desde sociales hasta de infraestructura, subrayó.
«En teoría, el gobierno puede reasignar recursos para cubrir el costo de sus programas, pero el presupuesto también es política y es en la discusión donde se define qué se puede tocar o no”, recalcó.
Advirtió que los riesgos que hacia futuro se observan, de acuerdo con la institución, para cumplir con el presupuesto económico 2019, son una menor recaudación fiscal, los precios del petróleo; la política económica; tipo de cambio que tiene un impacto en la deuda y la posible alza en las tasas de interés.
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Recordó que el FMI recomendó a México no endeudarse más allá del 50 por ciento del PIB y ahorita la deuda está en 46 por ciento, lo que da margen de maniobra.
Advirtió que el presupuesto de gasto es el siguiente examen más importante de la nueva administración ante los mercados y “la expectativa es que se presente un plan perfecto, en línea con lo que esperan las calificadoras, ya que sería un gravísimo error presentar al inicio del sexenio uno de entrada con un déficit, que lleve a una degradación del riesgo crediticio del país por parte de las calificadoras.
Fuente: Dinero en Imagen