Las localidades tienen frente a sí el reto de combatir un incremento notable de su deuda, con la finalidad de contar con recursos que les permitan crecer y satisfacer las necesidades de su población.
El desafío no es poca cosa, ya que para lograrlo, deben llevar a cabo diversas tareas que pueden ir desde la reingeniería financiera (reducir sus pasivos mediante esquemas de refinanciamiento o negociaciones con sus acreedores, generalmente bancos), hasta buscar opciones para generar recursos propios mediante diversas medidas de ahorro y austeridad.
De acuerdo con cifras del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, la deuda pública municipal se incrementó 93.6 por ciento en términos reales durante una década, desde el primer trimestre de 2008 hasta el mismo periodo de 2018.
a cifra de deuda pública de las finanzas municipales en el lapso de tiempo señalado ascendió a 51 mil 111.5 millones de pesos (mdp), con una tasa media anual de incremento de 6.8 por ciento, superior al producto interno bruto (PIB) de cualquier municipio del país, también en el mismo periodo de medición. En pesos el aumento de la deuda pública de los estados fue de 33 mil 845.9 mdp.
Por tipo de acreedor, la deuda pública municipal se reparte de la siguiente manera: 24 mil 471.5 mdp (47.9 por ciento) corresponden a la banca múltiple; 22 mil 943.2 mdp (44.9 por ciento) a la banca de desarrollo; 1,422.5 mdp (2.8 por ciento) a emisiones bursátiles, y 2,274.4 mdp (4.4 por ciento) se originan en otros conceptos como fideicomisos.
LOS EFECTOS DEL ENDEUDAMIENTO
Las deudas de los municipios distraen recursos destinados al desarrollo o a la generación de proyectos sociales. En ese sentido, los efectos no son muy diferentes a los que se reflejan en las finanzas familiares, empresariales, estatales o municipales: el exceso de deuda impide que fluyan recursos para el gasto.
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Si bien la deuda no es el único factor, es claro que es un elemento relevante. Los análisis especializados concluyen rotundamente que de no haber excesos de endeudamiento, más otras medidas de ahorro y austeridad, los municipios mexicanos dispondrían de una fuente importante de recursos para impulsar su desarrollo.
Una medida utilizada para saber hasta qué nivel los municipios destinan parte de sus ingresos a cubrir servicio o pago de deuda y no al desarrollo social, es el porcentaje de deuda como proporción de sus ingresos. Así, en México existen municipios como Agua Prieta, Sonora, que tiene un porcentaje de 70.8 por ciento de deuda como proporción de sus ingresos; Tonalá, Jalisco, también tiene una tasa de 70.8 por ciento y Cozumel, Quintana Roo, reporta un nivel de 69.4 por ciento. Es así como claramente el exceso de deuda se constituye como un impedimento para el desarrollo social municipal.
¿QUÉ SE DEBE HACER?
Es un hecho que la primera medida debería ser reducir la carga financiera de pasivos bancarios; un elevado número de municipios mexicanos están excesivamente endeudados.
Para ello, de acuerdo con especialistas consultados, algunas medidas adicionales que aportarían recursos a los municipios, ya sea para hacer pagos anticipados a deuda o para aplicar directamente en programas de desarrollo, serían las siguientes:
• Está demostrado que cuando los trámites son ágiles y tienen un elevado nivel de eficiencia, la ciudadanía acude a realizarlos en mayor número e incluso se encuentra dispuesta a pagar un poco más. No debe tenerse miedo a ser más eficiente y productivo en este rubro, por el contrario, tiene que ser la apuesta de las haciendas municipales.
• Reducir o equilibrar salarios. Impulsar en el municipio la práctica federal en el sentido de que ningún funcionario puede o debe ganar más que el Presidente Municipal.
• Eliminar percepciones extraordinarias y gastos de representación.
• Disminuir la burocracia. Eliminar puestos innecesarios, esto se encuentra ligado directamente con la eficiencia administrativa.
• Solamente deben manejarse los activos necesarios, un gobierno municipal no puede tener activos que no correspondan a su esencia.
• Política de comunicación social austera. Terminar con el pago de publicidad excesiva o costosa, las tareas de gobierno se deben difundir mediante otros medios modernos.
• Analizar minuciosamente costos de telefonía, Internet, energía eléctrica, combustible, mantenimiento y arrendamiento de inmuebles.
• Eficiencia en pago de viáticos. Sólo en caso necesario, viajes a otras partes del país cuando se compruebe un beneficio para el municipio y deben ser aprobados por el cabildo.
• Compras consolidadas de gobierno. Elaboración y revisión de un padrón de proveedores para evitar fugas de recursos.
• Total difusión pública de las compras de gobierno, posiblemente no podrán eliminarse del todo los sobreprecios, pero sí podrían investigarse interna o externamente más fácilmente.
• Profundización de mecanismos de auditoría externa, la mejor y más certera.
• Disminuir al mínimo prácticas de nepotismo y conflicto de intereses.
Estas medidas pueden ser el primer paso que muchos municipios den a favor de un mejoramiento de sus finanzas para generar ahorros que beneficien a su población.
Fuente: Alcaldes de México