Por: Luis Zetina Abreu
La corrupción limita el desarrollo económico y social, incide directamente en la inversión, disminuye la eficacia de los programas sociales e incrementa la desigualdad.
“La corrupción y los costos que impone en la sociedad y en la economía son un fenómeno mundial. La corrupción retrasa el crecimiento económico, impide que los ciudadanos reciban la estructura que se merecen. La corrupción absorbe dinero de escuelas, hospitales y otros fines, e incrementa la desigualdad”, dijo la exembajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson.
En materia de Finanzas Públicas, tenemos dos retos: una correcta asignación de los recursos y saber como se va a dar el monitoreo de ese gasto.
La cooperación y la participación de los ciudadanos son dos pilares fundamentales y a ello se suman otros elementos como: un buen marco legal, la transparencia y el uso de herramientas digitales; en esta ocasión hablaremos de las Tecnologías de la Información (TI).
Actualmente las Tecnologías de la Información (TI) son la punta de lanza de una estrategia para identificar y minimizar la corrupción, especialmente en países como el nuestro.
Una forma de garantizar los procesos, generación de información y transparencia del flujo de efectivo entre las instituciones, sectores productivos y ciudadanos; así como comprender y analizar el uso efectivo del gasto público y su beneficio social son las Tecnologías de la Información (TI). Estas nos ayudan a hacer más accesible la información entre gobierno y sociedad, elimina intermediarios, limita prácticas discrecionales y reduce la burocracia.
¿Cuál es la fortaleza y en qué beneficia el uso de las Tecnologías de la Información (TI) al combate de la corrupción?
- Los Procesos automatizados minimizan los actos de corrupción en operaciones repetitivas.
- Incrementa la objetividad de criterios y reduce la discrecionalidad en la aplicación de procesos, lo cual resulta en una mayor transparencia.
- Facilita la detección preventiva de los usuarios y sus acciones de los mismos en tiempo real.
- Detecta más fácilmente las operaciones anómalas.
- Empodera al ciudadano al contar con medios de denuncia basados en evidencia que ayuden a sancionar a los usuarios que hayan actuado mal.
- Permite a ciudadanos y las instituciones promover las actitudes éticas que deben regir en todas las acciones respecto al desempeño de los funcionarios públicos.
Un ejemplo donde las Tecnologías de la Información (TI) incidirían directamente se puede dar en las áreas de compras, donde se adquiera al que ofrezca las mejores condiciones y no a quien ofrezca más porcentaje de retorno.
Claramente las Tecnologías de la Información (TI) pueden contribuir en la lucha contra la corrupción pero no son una solución per se.
Es importante desarrollar una política integral en contra de la corrupción ya que el uso de la tecnología para controlar la corrupción no está exenta de riesgos.
Para erradicar este mal es necesario una sumatoria de esfuerzos integral y desde distintos frentes.
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Desafortunadamente, la inversión en tecnologías de la información se encuentra aun en ciernes en nuestro país.
La información, como herramienta esencial para la toma de decisiones, no ha visto aún su justa valoración en nuestro país dentro del sector privado, y en mucha menor medida en el sector público. Existen buenas estrategias y malas estrategias pero no existe peor estrategia para un ente, que la ausencia de una misma.
La cultura de la inversión en TI se encuentra muy acotada a las nuevas generaciones y a aquellos individuos con un intrínseco deseo de mantenerse actualizados. Es por esto que a menudo se toman decisiones con base en ideas subjetivas o conclusiones empíricas y en su caso las acciones establecidas no pueden ser medidas, controladas, desarrolladas por la abundancia del factor humano en los procesos.
Saludos Ing. Zetina!