La deuda pública son los préstamos totales contraídos por el sector público con el fin de satisfacer sus necesidades de gastos y comprende la deuda interna y la deuda externa. En un escenario idóneo el gobierno no debería de gastar más que lo que recauda por los impuestos, aunque actualmente se recurre a la deuda para subsistir.
¿Para qué se adquiere deuda pública?
El gobierno en sus tres niveles, adquiere deuda para desarrollar diversos proyectos de infraestructura de toda índole que le permita tener mejoras sociales a largo plazo regularmente, como carreteras, puentes u hospitales, es decir, la procuración del bienestar de la población.
¿Ha crecido la deuda últimamente?
Solamente durante los primeros tres años de la actual administración, la deuda incrementó en un 10 por ciento, pasando del 37 al 47 por ciento del PIB. Actualmente la deuda del país es la segunda más alta en Latinoamérica, con un 53 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Y, según datos de El financiero, si dividiéramos la deuda entre todos los habitantes del país, cada mexicano debería casi 80 mil pesos (actualizado a julio de 2018).
Es importante mencionar que el FMI señala que cuando la deuda pública alcanza el 60 por ciento del PIB, en economías emergentes como la nuestra, se pueden tener una serie de problemáticas como la elevación de la inflación, además de la amenaza una baja calificación crediticia para México, lo que llevaría a detener flujos de inversión por el riesgo que conlleva una economía inestable.
Perspectivas al futuro
El Fondo Monetario Internacional recortó de 3 por ciento a 2.7 por ciento su pronóstico de expansión del PIB nacional para el año 2019, y desde abril de este año se han emitido recomendaciones del mismo a través del director adjunto del organismo, Abdelhak Senhadji, para la reducción del endeudamiento ante futuros choques externos.
El gobierno entrante se enfrentará al reto de maniobrar fiscalmente de forma efectiva y con una enorme responsabilidad a cuestas: la tendencia al alza en el endeudamiento público.