El gobierno de Andrés Manuel López Obrador recibirá a un fisco más recaudatorio, fiscalizador y tecnificado; sin embargo, tendrá que enfrentar grandes retos que quedan pendientes en esta administración, refirieron expertos en el tema.

“El próximo gobierno va a heredar un Servicio de Administración Tributaria (SAT) fuerte; sin embargo, debe prestarle atención a ciertos temas que quedaron pendientes en este sexenio y que es fundamental abordar”, destacó Herbert Bettinger, experto fiscal.

El abogado fiscalista destacó que el SAT, que actualmente está a cargo de Osvaldo Santín, ha logrado superar las metas de recaudación que se han presupuestado. Por ejemplo, durante el año pasado el fisco superó en 115,432 millones de pesos lo estimado en la Ley de Ingresos de la Federación para el 2017.

Explicó que la recaudación récord que ha conseguido la autoridad fiscal se debe a que se tecnificó durante este sexenio, además de que han logrado implementar las herramientas adecuadas —como la nueva versión 3.3 del Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI)— y han capacitado bien a su plantilla laboral.

En este sentido, Manuel Baltazar Mancilla, director general de México Fiscal, explicó que el aumento de la recaudación que ha conseguido el SAT se debe a la inversión en infraestructura tecnológica que realizó durante este sexenio.

“El SAT tiene una estructura de fiscalización muy sólida a través de los sistemas electrónicos que ha implementado. El nuevo gobierno no puede dejar de lado la estructura con la cual se ha manejado el fisco, ya que ha tenido un avance importante. Toda la inversión que hizo el SAT en infraestructura informática le permite conocer más del contribuyente, sus acciones y operaciones”, refirió.

De acuerdo con el Sexto Informe de Gobierno, en el 2012 cuando Enrique Peña Nieto ganó la Presidencia, los ingresos tributarios representaban 8.3% del Producto Interno Bruto (PIB) mientras que, al término del 2017, éstos representaron 13.1%, es decir, incrementaron en 4.8 puntos porcentuales.

Si bien se ha logrado incrementar la recaudación como porcentaje del PIB, Carlos Cárdenas, expresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, refirió que el incremento es insuficiente, ya que aún nos ubicamos como uno de los países de la OCDE que menos recauda como proporción de su PIB.

Facturas apócrifas y corrupción

Otro de los grandes retos que quedan pendientes es el combate a la corrupción y la emisión de facturas apócrifas, el cual deja al fisco con pérdidas de recaudación año tras año, señalaron los especialistas.

“Los vendedores de facturas no pudieron ser atrapados por el Servicio de Administración Tributaria. Ese es el reto más fuerte. El nuevo gobierno plantea la intención de endurecer estos delitos para que puedan presionar a los que utilizan este tipo de prácticas; sin embargo, endurecer una ley no te sirve si tu órgano fiscalizador no te genera todos los elementos para perseguir y atrapar a estos delincuentes. Ahí queda a deber mucho el SAT”, aseveró Manuel Baltazar Mancilla.

Informalidad que pesa

Carlos Cárdenas aseveró que otro gran reto que deja esta administración es el combate a la informalidad ya que, actualmente, la recaudación recae sólo en 40% de los contribuyentes activos que están trabajando dentro de la formalidad, mientras que el restante 60% no paga impuestos pese a generar ingresos.

“De la población económicamente activa, 60% se encuentra dentro de la informalidad que no paga impuestos, por lo que si hacemos un cálculo rápido, el SAT podría recaudar únicamente por concepto de IVA más de 300,000 millones de pesos con estos informales”, aseveró.

Por otro lado, Herbert Bettinger refirió que también se deben combatir las prácticas indebidas que se generan a través del outsourcing, ya que éstas también dejan grandes pérdidas al fisco, además de perjudicar a los trabajadores.

Atención al contribuyente

Herbert Bettinger agregó que otro de los puntos que deberá tratar el gobierno de López Obrador es el de la atención al contribuyente, sobre todo si se tiene en cuenta que el gasto público recae sobre éste.

Refirió que la autoridad fiscal debe ver al contribuyente no como un deudor o evasor fiscal, sino como un cliente que busca cumplir con sus obligaciones fiscales y, por lo tanto, necesita una atención de primera calidad.

“La atención debe ser más cercana, más cordial. Que consideren que el contribuyente en realidad no es un evasor, sino que muchas veces la falta de conocimiento de las normas fiscales los ha llevado a incumplir sus obligaciones fiscales”, acotó el especialista.

Fuente: El Economista 

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