El gobierno de Andrés Manuel López Obrador sólo recibirá cinco estados que gozan de una holgada situación financiera, revela el Índice de Desempeño Financiero de las Entidades Federativas (IDFEF) 2018 de aregional.
Durante el 2017, de 32 entidades del país, sólo Aguascalientes, Querétaro, Hidalgo, Estado de México y Puebla obtuvieron una buena calificación en el manejo y equilibrio de sus finanzas públicas. En promedio, su calificación fue de 84.0 puntos, en una escala del cero a 100.
“En general, estos cinco estados tienen un buen control de sus gastos y registran un superávit primario; es decir, tienen recursos para la inversión y para pagar los intereses de su deuda”, expuso Flavia Rodríguez, directora general de la consultoría.
Destacó que lo anterior se debió en gran medida al cumplimiento de la Ley de Disciplina Financiera, ya que estas entidades en promedio alcanzaron un superávit financiero de 16.5% de sus ingresos disponibles y su inversión estatal representó alrededor de 11% de dichos ingresos.
Aguascalientes fue la entidad que obtuvo la mejor calificación del IDFEF con 90.5 puntos. Es la primera vez que ocupa esta posición, de 12 ediciones; anteriormente se encontraba en el grupo de calificación media y logró mejorar cinco posiciones.
“Esta entidad dio un gran salto. Su deuda es sostenible, los ingresos propios del gobierno están respaldados por una base económica sólida que tiene como apoyo la buena fiscalización de su oficina tributaria y la actualización de su padrón de contribuyentes”, destacó la directora.
La administración estatal, agregó, mantuvo acciones dirigidas a contener el gasto operacional, lo cual derivó en buenos niveles de ahorro interno.
Querétaro se colocó como la segunda entidad mejor calificada con 86.4 puntos. Dicho estado se ha distinguido por registrar varios años con superávits financieros que le han permitido generar ahorro interno suficiente para contribuir al financiamiento de sus propios proyectos de inversión.
Hidalgo tuvo una calificación de 82.4 puntos por sus buenos balances financieros. En la misma situación se ubicó el Estado de México, con 80.4 puntos, y Puebla, con 80.2 puntos.
El IDFEF 2018, con información financiera de 32 entidades federativas para el año pasado, es un índice integral de la situación que guardan las finanzas públicas de los gobiernos estatales; ordena a los estados de acuerdo con su desempeño en generación de ingresos propios, administración de su endeudamiento, control de su gasto administrativo, generación de ahorro interno e inversión productiva.
Estos tópicos se integran en tres indicadores compuestos: Dinamismo Económico, Ahorro Interno y Eficiencia Administrativa. Asimismo, agrupa a los estados en tres niveles: alto, medio y bajo.
En medio
El IDFEF ubicó a 10 entidades con una calificación promedio de 74.9 puntos por tener un control y manejo de sus finanzas públicas medio bueno, ya que están ligeramente por encima de la calificación promedio nacional de 68.2 puntos.
“Estas entidades tiene ingresos propios que representan en promedio 21.4% de sus ingresos disponibles, su deuda se redujo en 3.6% en términos reales entre el 2016 y el 2017, y la mayoría presentó superávit financiero”, explicó Flavia Rodríguez.
Puntualizó el caso de Baja California Sur, que logró ajustar en gran medida sus gastos operacionales y logró empujar proyectos de inversión con ingresos propios.
“Su nivel de endeudamiento es sostenible y generó ingresos que le permitieron generar un ahorro interno sólido para afrontar sus obligaciones financieras sin comprometer sus recursos locales”, refirió.
Otras entidades como San Luis Potosí y Guanajuato obtuvieron calificación de 75.6 y 75.4 puntos, respectivamente, debido a que, durante el 2017 aplicaron políticas encaminadas al fortalecimiento fiscal y control de gastos.
Tamaulipas y Oaxaca, que en el 2016 se ubicaron en el grupo de calificación baja, el año pasado se recuperaron y tuvieron una mejor calificación del manejo de sus finanzas, con una calificación 74.7 y 70.7 puntos, en ese orden.
Las 10 entidades en categoría medio comparten características, tales como haber hecho esfuerzos por fortalecer sus ingresos propios, pero no lo suficiente para compensar los aumentos que tuvieron tanto en sus gastos corrientes como de capital, por lo que algunos de ellos tuvieron desequilibrios financieros, aunque a niveles moderados.
En la parte baja
La consultoría aregional registró a 17 estados con la peor calificación en el manejo de sus finanzas, pues su calificación promedio fue de 59.7 puntos; es decir, menor al promedio nacional que fue de 68.2.
De estos 17 estados, cinco se ubican en la frontera norte del país: Nuevo León (67.7), Coahuila (64.3), Chihuahua (62.5), Sonora (52.2) y Baja California (49.7); mientras que en el sur se encuentran Quintana Roo (67.2), Tabasco (59.7) y Chiapas (38.4).
Veracruz se ubicó con la peor calificación (34.0 puntos), lo cual se debió a los altos gastos operativos, especialmente el rubro de servicios personales, que representó 122% de sus ingresos disponibles. Además, esta entidad tiene un alto desequilibrio financiero por el alto crecimiento de su deuda.
La Ciudad de México perdió cinco lugares y se ubicó en 21, con una calificación de 65.4 puntos, debido a que registró niveles altos en su gasto corriente y el saldo de su deuda en el largo plazo es la más alta entre 32 entidades.
Los territorios del nivel bajo implementaron medidas para aumentar la recaudación de ingresos propios, pero éstas no fueron suficientes para revertir de manera importante su dependencia de los ingresos federales y compensar sus altos gastos operativos. Esto conllevó a la generación de importantes desequilibrios financieros y, consecuentemente, algunos aumentaron sus niveles de endeudamiento.
Además, únicamente seis entidades ascendieron cinco o más posiciones, en comparación anual, en el IDFEF 2018, siendo Tamaulipas y Tlaxcala los estados que ganaron más lugares, con 10 cada uno.
En el caso de Tamaulipas, en el año analizado registró una sólida fortaleza recaudatoria, lo que le ayudó a incrementar notablemente su generación de ahorro interno, logrando mejorar la salud de sus finanzas públicas en el 2017.
Sobre Tlaxcala, su avance se debe principalmente a que es la única entidad con saldo nulo de endeudamiento, lo que obliga a su administración a contar con finanzas sanas, con fines de poder cubrir sus gastos operacionales y de inversión.
Fuente: El Economista