Año con año, sus ingresos son menores a los gastos que tienen que cubrir.
El gasto en inversión física que realizaron el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se redujo drásticamente en el primer trimestre del año, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Por un lado, el IMSS registró un gasto en inversión física de 151.6 millones de pesos, lo que significó una reducción de 80.5%, mientras que el del ISSSTE fue de 31.2 millones de pesos, una disminución de 90.7% en términos reales y respecto del primer trimestre del 2018.
El gasto en inversión física es aquel que se destina a la creación de hospitales, clínicas, ampliaciones o equipo y mantenimiento del mismo, explicó Leticia Armenta, economista del Tecnológico de Monterrey.
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“La reducción en la inversión pública implicaría que no se estén creando espacios para atender una mayor demanda. Es sabido que tanto el IMSS como el ISSSTE presentan niveles de saturación al momento de atender a enfermos”, expuso.
Recordó que, al ser un primer año de gobierno, es normal que la inversión física en diferentes sectores se detenga, pues se tiene un proceso de aprendizaje por parte de la nueva administración.
“Siempre el primer trimestre o semestre en términos de gasto de gobierno tiene una dilación, lo cual tampoco es bueno que sea tan normal. El gobierno toma tiempo para aprender y por ello vemos cierto rezago”, agregó.
Ingresos son insuficientes
Uno de los mayores problemas que enfrentan ambos organismos públicos es que sus ingresos son menores a los gastos que tienen que cubrir cada año.
En el caso del IMSS, sus ingresos propios, es decir, sin considerar las transferencias y subsidios del gobierno federal, cubrirían apenas 60.7% de sus gastos totales.
Los datos de la SHCP indican que, en los primeros tres meses del año, los ingresos propios del IMSS fueron por 89,634 millones de pesos; mientras que sus gastos fueron por 147,568.9 millones de pesos.
Sin embargo, su balance financiero presentó un superávit de 62,342 millones de pesos, debido al apoyo que recibe del gobierno, el cual fue por 120,276 millones de pesos.
Para el ISSSTE, la situación no es diferente. Sus ingresos propios sumaron 18,070 millones de pesos, mientras que sus gastos fueron por 100,548 millones de pesos, es decir, 5.5 veces mayores a sus ingresos.
No obstante, también registró un superávit en su balance financiero de 1,507 millones de pesos, debido al subsidio y transferencias del gobierno de 83,985 millones de pesos, al cierre del primer trimestre.
Aportaciones no se hacen completas
Armenta detalló que los bajos ingresos, especialmente del IMSS, se deben a que muchas empresas no registran con los salarios reales a sus trabajadores, lo que implica que el organismo perciba menos recursos.
“Esto no sólo afecta al IMSS, sino también al trabajador, pues no sólo aporta poco a la seguridad social, sino también a su ahorro para el retiro y la vivienda”, afirmó.
En el caso del ISSSTE, donde el gobierno es el que aporta a la seguridad social del trabajador, los bajos ingresos se deben a una mala gestión por parte de las autoridades, dijo la economista.
Recientemente, Luis Antonio Ramírez, director del ISSSTE, comentó a El Economista que el problema de los bajos ingresos del organismo no emerge de las pocas aportaciones, sino de que los estados no pagan las cuotas o aportaciones que hacen los trabajadores como debería ser.
“En este momento tenemos un serio problema con las entidades que no le entregan los ingresos de cuotas y aportaciones que hacen los trabajadores al ISSSTE. Nos deben 53,364.6 millones de pesos. Es parte de la herencia que nos dejaron”, dijo en su momento.
Fuente: El Economista