México tiene un reto en términos de ingreso y gasto, pues debe generar y mantener un superávit primario para dar confianza de un manejo responsable de las finanzas públicas.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dice tener claro cuál debe ser el rumbo que debe tomar la política fiscal en el sexenio , pero del dicho al hecho hay una gran distancia por recorrer y más cuando los entornos externo e interno son desafiantes.
Hacienda, de la mano de Arturo Herrera, tiene como meta principal mantener un superávit primario (la diferencia positiva entre los gastos del Estado y la recaudación de impuestos) de 1% respecto al PIB y los datos muestran que sí ha aumentado la recaudación en términos reales.
Como participación del PIB, los impuestos en el primer trimestre de 2019 representan el 7%. Cabe recordar que el superávit primario es considerado un factor clave para mantener finanzas públicas sanas.
Para Carlos Hurtado, director de Estudios Económicos del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), es importante que el gobierno federal mantenga sanas las finanzas públicas a través del superávit primario y la calidad del gasto público.
“ Para estimular el PIB es necesario mejorar la orientación del gasto, además de aumentar la rentabilidad del gasto de inversión y evaluando los proyectos de gasto corriente y de inversión”, indicó.
Por su parte, José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, dijo que para mantener el superávit primario es importante implementar acciones para formalizar la economía, así como regular el comercio ilegal.
“Se debe formalizar a la economía, ya que la informalidad representa el 22% como proporción del PIB, además es importante combatir la evasión fiscal y regular los productos que entran a México sin pagar impuestos. También se debe promover la inversión pública, ya que implica aumentar los empleos y por ende la economía”, señaló.