Para los expertos el problema no es la deuda, sino cómo se utiliza; el objetivo debe ser impedir que las personas pierdan sus empleos.
El próximo domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará un plan para reducir el impacto que pueda generar la emergencia sanitaria por el Covid-19 a la economía y a las finanzas públicas del país. Diversos expertos coinciden en que, ante el desplome de la economía mexicana que podría ser mayor al de la crisis financiera del 2008-2009, no se debería descartar el endeudamiento.
“Cuando tengamos un desbalance en los ingresos y los gastos, vamos a tener déficit. Se puede vivir con ese déficit, pero también con endeudamiento, sólo hay que saber negociar con los acreedores correctamente y buscar mecanismos para que ese endeudamiento sea para reactivar la economía”, expuso Pedro López Elías, presidente y socio fundador de López Elías Finanzas Públicas.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en el 2019 el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) —la medida más amplia de la deuda del país— se ubicó en 10.87 billones de pesos, lo que representó 44.7% del Producto Interno Bruto (PIB).
López Elías aseguró que la promesa del presidente de no endeudarse debe reconsiderarse, pues el panorama que vive actualmente el país es completamente diferente, y de no asumir deuda el país va a sufrir con menor empleo y una mayor pobreza. “Tenemos la posibilidad de acercarnos a un endeudamiento de 50% del PIB. El problema no es la deuda, sino cómo se utiliza”.
A su parecer, el endeudamiento debe estar dirigido a proyectos de inversión de infraestructura de corto plazo para generar de manera inmediata empleos. “Tenemos que ir de manera contracíclica, es decir, empujamos la inversión para que existan más empleos y el gobierno tenga mayores ingresos”.
Mientras no haya una política fiscal adecuada, va a haber una recesión muy importante en el país. Por ello, “tenemos que seguir generando capital e inversión. En un escenario volátil y complicado se debe hacer un esfuerzo mayor desde la política fiscal”, dijo López Elías.
Deuda subió más de 10 puntos del PIB; poco margen
Del 2008 al 2009, el SHRFSP pasó de 32.89 a 36.03% del PIB, es decir, la deuda se elevó 3.14 puntos para hacer frente a la crisis financiera. Pero en el 2016, con el gobierno de Enrique Peña Nieto, la deuda tocó niveles máximos al representar 48.70% del PIB. Es decir, en siete años la deuda se elevó en 12.67 puntos del PIB, lo que deja poco margen de maniobra al gobierno actual para endeudarse.
Luis Gonzalí, vicepresidente y senior manager de Portafolio de Franklin Templeton, recordó que durante la crisis financiera del 2008-2009 el gobierno de Felipe Calderón incurrió en endeudamiento para poder sacar adelante a la economía mexicana, lo cual sirvió, pues en el 2010, el PIB presentó un crecimiento de 5.1 por ciento.
“Hace seis meses hacía sentido no endeudarnos porque sería un mal mensaje para las calificadoras, pero con una baja en la actividad económica tan fuerte, lo normal es que el gobierno se endeude para paliar los efectos del coronavirus y las caídas en los precios del petróleo”.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, mencionó que el país requiere una política fiscal expansiva y de medidas que ayuden a que las personas no pierdan sus empleos. “Lo que han hecho en otros países es aplazar el pago de impuestos o disminuir el ISR, lo que puede ayudar a que no se pierdan empleos».
Con respecto a si este tipo de ayudas implicaría elevar el endeudamiento del país, respondió: “Hoy estamos hablando de una contingencia que está afectando a la economía global. Una deuda que no rebase 50% del PIB sería razonable, pero esos recursos tienen que ser utilizados de manera muy eficiente y transparente para que esto no genere un recorte en la nota crediticia”.
Fuente: El Economista