México es un emisor soberano con grado de inversión en las tres principales agencias calificadoras, con un rating que ubica la capacidad de pago del sector público en el escalón de los países cuyas cuentas fiscales tienen “alta solvencia”, consigna información de Moody’s, Standard & Poor’s (S&P) y Fitch.

De acuerdo con la nomenclatura que utilizan las firmas para indicar al inversionista la probabilidad de impago de los emisores soberanos, México presenta una posibilidad de 0.01 a 1.10%, de caer en moratoria.

En Moody’s, que es la agencia que tiene a México con la nota más alta, en “A3”, la nomenclatura o escalón de la calificación indica una probabilidad de impago entre 0.01 y 0.26 por ciento.

El rating que ostenta el emisor mexicano en Standard & Poor’s y Fitch es “BBB+”, que señala al inversionista que el riesgo de insolvencia se ubica entre 0.10 y 1.10 por ciento.

La calificación de México en las tres agencias evidencia que desde el punto de vista financiero, el país cuenta con alta solvencia y dista de la observación del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, cuando afirmó que el país se encuentra en bancarrota.

Economistas consignan que un default financiero, impago de la deuda o suspensión de pagos se presentan cuando el soberano no puede afrontar el pago de los intereses o del principal de una deuda cuando llega el vencimiento, esto es cuando un deudor no puede cumplir con la obligación leal de pagar.

Lado fiscal sólido

Jaime Reusche, analista soberano de Moody’s, es categórico al decir que “el país no está de ningún modo en bancarrota. No podría tener la calificación ‘A3’, nota que implica que presenta finanzas y cuentas fiscales sólidas que le permiten tener una nota identificada como notable.

“Vemos el lado fiscal de México bastante sólido. Su deuda respecto del Producto Interno Bruto bastante baja, si se le compara a nivel global y con una tendencia a la baja que es la que está dejando el gobierno que sale”, advirtió.

Desde Nueva York, el analista reconoce que el espacio fiscal de México “en efecto es mucho más limitado de lo que fue hace años, porque la deuda aumentó la década pasada, de manera que el margen de maniobra es bastante limitado”.

Matiza que la probabilidad de que un emisor con calificación “A3” como la de México caiga en impago es mucho menor de 5 por ciento. “No obstante, va aumentando esta probabilidad con el paso del tiempo, aún si conserva la nota”.

“La probabilidad de impago, si se vuelve mayor, por la curva de rendimientos. Al emitir títulos a mayor plazo, el costo es mayor, al avanzar en el tiempo, aumenta. Pero los próximos dos años la probabilidad es mucho menor a 1 por ciento”.

Entrevistado por El Economista, Reusche precisa que la palabra bancarrota no es aplicable para las finanzas de un país, pues un Estado no puede dejar de existir por más que reconozca que no tiene solvencia financiera.

Destacan superávit primario

Por su parte, la analista soberana de Fitch, Shelly Shetty, dijo que las medidas de austeridad aplicadas al cierre del presente sexenio, tanto a nivel federal como en Petróleos Mexicanos, ayudaron a consolidar el equilibrio más amplio del sector público, facilitando el superávit primario del sector.

Advirtió que “mientras se mantenga el superávit primario y el crecimiento económico se mantenga resiliente, la carga de deuda continuará disminuyendo y favorecerá al panorama de calificación que en la firma es ‘BBB+’”.

Fuente: El Economista 

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