México tiene grandes pendientes económicos como crear una política industrial, incrementar el gasto en inversión, mejorar los salarios y acabar con la corrupción para crecer más, pero no se puede considerar que esté en situación de bancarrota como lo expresó el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, coincidieron expertos.

“Nos parece que el juicio de bancarrota no es el término más acertado para definir cómo se encuentra nuestro país (…) México ha logrado crecer, pese a las políticas proteccionistas que se están dando en el mundo o la guerra comercial que está liderando Estados Unidos”, expuso Fernando López Macari, presidente nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Refirió que el país tiene una deuda controlada y las bases macroeconómicas se encuentran sólidas. “México no ha crecido como nos gustaría, pero ha cumplido con sus pagos. Prueba de ello es la ratificación de las calificadoras sobre la perspectiva de México”.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), Marcos Martínez Gavica, coincidió en que el país no está en bancarrota, por el contrario, tiene una economía sólida, con un grado de endeudamiento muy razonable.

Destacó que es muy importante que haya realismo y así se haga frente a la situación del país, por lo que si no va a haber dinero para hacer muchos más proyectos, no se debe intentar llevarlos a cabo, pues eso sí acabaría con las finanzas públicas sanas.

Para Enrique Cárdenas, economista del Instituto Tecnológico Autónomo de México, la estabilidad macroeconómica es una condición necesaria para cualquier país, aunque no siempre se traduzca en un crecimiento alto e incluyente.

El gobierno de López Obrador debe buscar mantener la estabilidad macro porque, de no hacerlo, el tipo de cambio se podría elevar hasta 25 pesos el dólar. La estabilidad macroeconómica es una condición necesaria, ya que si no la tienes, vas a acabar empobreciendo más a la gente que ya es vulnerable”.

Leticia Armenta, economista del Tecnológico de Monterrey, coincidió en que la estabilidad macroeconómica es importante, pero también debe ir acompañada de políticas que favorezcan la distribución del ingreso y que integren más a distintos sectores de la actividad económica.

López Macari mencionó que entre los pendientes que México tiene para mejorar como país está tener una mano de obra más calificada, que permita diseñar y crear más productos en México, así como incorporar más tecnología de producción y mejorar los salarios.

La corrupción, abundó, es otro de los temas pendientes que el país debe mejorar, pues cada año el erario pierde grandes cantidades por no ejercer el Estado de Derecho.

Suspensión de pagos

De acuerdo con una investigación de los historiadores económicos Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, México declaró impago y reprogramación de pagos en tres ocasiones en  el siglo pasado: en 1914, 1928 y 1982.

En la investigación, los economistas consignan que un default financiero, impago de la deuda o suspensión de pagos se presentan cuando el soberano no puede afrontar el pago de los intereses o del principal de una deuda cuando llega el vencimiento.

La moratoria más reciente que atravesó México fue en agosto de 1982.

Cárdenas, quien tiene doctorado en economía y es profesor de la Universidad de Puebla, explicó que en 1982, en el gobierno de José López Portillo, con Jesús Silva Herzog  al frente de la Secretaría de Hacienda, se anunció en Washington que el gobierno se veía obligado a diferir, por un plazo de 90 días, los pagos de capital de la deuda pública.

“En ese momento, el secretario dijo que se tenía un problema de flujo, lo cual no era así. Años después, él mismo reconoció que se equivocó y que fue un problema de solvencia, es decir, no estábamos siendo capaces de generar recursos para pagar por los intereses de la deuda, no había esos excedentes”.

Aclaró que el problema de solvencia se venía arrastrando desde 1976 con el gobierno de Luis Echeverría, cuando se tuvo la devaluación del peso frente al dólar, pero el gobierno no se alarmó porque obtuvo mayores recursos de la venta del petróleo.

Crisis de los tesobonos

Leticia Armenta también mencionó la crisis de 1995, la cual fue resultado de una deuda contraída a través de tesobonos que estaban en dólares, además, no había suficientes reservas, y cuando los inversionistas se dieron cuenta de esta carencia de recursos, hicieron movimientos financieros que provocaron una devaluación de la moneda.

“México no se encuentra en una situación como la de 1995 (…) Si bien actualmente cuenta con una estabilidad macroeconómica, es necesario que se complemente con políticas que favorezcan la distribución del ingreso y se resuelva el problema de la pobreza”.

La crítica

Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena, argumentó que el término de bancarrota también se refiere al hundimiento o descrédito de un sistema o doctrina, “me parece que estamos presenciando claramente el descrédito absoluto de un modelo económico que no ha traído crecimiento en los últimos 30 años y que sólo ha generado violencia y pobreza”.

Enfatizó que la prioridad del próximo gobierno será la austeridad y una reordenación del gasto público para actividades que tengan impacto en la economía y beneficien a la sociedad.

“Se mantendrá la estabilidad macro. La política que se va a llevar a cabo en este sexenio va a demostrar que se puede tener una política social y fiscal responsable ” destacó el diputado. (Con información de E. Juárez y Y. Morales)

Fuente: El Economista

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