Si bien la actividad económica en México ha conservado la resiliencia a pesar de la incertidumbre política y económica registrada el primer semestre de 2018, causada por el período preelectoral y las negociaciones comerciales con Estados Unidos (EU) y Canadá, el país continúa enfrentando retos, como la mejora de los niveles de vida mediante la reducción de la pobreza y la desigualdad y la lucha contra el delito y la corrupción, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Al presentar “Las Perspectivas de México en cinco gráficos”, el organismo financiero internacional señaló que durante 2018, la economía mexicana experimentó un crecimiento moderado, respaldado principalmente por la demanda interna, y recordó que en su última evaluación anual prevé que este año el crecimiento de México sea de 2.1%.

Enfatizó que para superar los retos señalados y estimular el crecimiento de tal manera que se beneficie a un espectro más amplio de la población, es necesario centrar las reformas en el aumento de la inversión pública y el gasto social, así como revitalizar la reforma estructural con el énfasis puesto en el fortalecimiento del Estado de derecho; la lucha contra la corrupción y la reducción de la informalidad en el mercado laboral.

En su informe, el FMI destacó que los siguientes gráficos hacen un balance de la situación en nuestro país:

En primer término indicó que la economía de México continuó creciendo pese a la incertidumbre vinculada a las elecciones recientes y al futuro de la relación comercial con EU, y subrayó que se prevé que en el corto plazo el crecimiento mejore ligeramente, a 2.1 por ciento este año, y a 2.3 por ciento en 2019.

“En ambos años se beneficiará del vigor de la actividad económica en EU, pero la política monetaria restrictiva –del Banco de México (Banxico)–; la incertidumbre vinculada a las políticas del Gobierno entrante, y a las relaciones comerciales con EU continuarán, y eso atenúa el crecimiento”.

En segundo término señaló que si bien se proyecta que la deuda pública de México se estabilice, su nivel actual –equivalente al 54 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)–, limita el margen para el gasto social y para infraestructura.

Si el déficit fiscal global se mantiene en 2.5 por ciento del PIB a mediano plazo, la deuda se estabilizaría en torno al nivel actual, suponiendo que el crecimiento a mediano plazo aumente a alrededor de 3 por ciento, y que la tasa de interés mantenga una trayectoria uniforme.

“Una meta ligeramente más ambiciosa ampliaría el margen de gasto presupuestario para hacer frente a las grandes necesidades de infraestructura, a los elevados niveles de pobreza y desigualdad, y a los costos fiscales que implica el envejecimiento de la población”, advirtió.

Como tercer punto mencionó que en México, la pobreza, que afecta a más del 43 por ciento de la población, y la desigualdad, –reflejada en un índice de Gini de prácticamente 50–, se mantienen elevadas.

Explicó que un razón por la que las tasas de pobreza continúan siendo altas, es el escaso crecimiento per cápita que México ha registrado en las últimas décadas, y otra es que las políticas sociales no han estado suficientemente focalizadas.

“Aunque los programas de transferencia condicional de efectivo han sido muy eficaces a la hora de reducir la desigualdad, otros programas sociales han beneficiado desproporcionadamente a personas que están en la parte superior, no inferior, de la escala de distribución del ingreso.

“Además, el papel redistributivo de la política fiscal –gasto público focalizado para contribuir a reducir la desigualdad del ingreso–, es en términos generales más débil en México que en otros miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y podría ampliarse”, enfatizó.

En cuarto término manifestó que es crítico mejorar la seguridad y fortalecer el Estado de derecho para reducir el delito y promover la actividad económica.

Subrayó que en 2017 México experimentó el número más alto de homicidios, y que la incidencia del robo también está a la alza, y añadió que las elevadas actividades delictivas acarrean costos tanto directos como indirectos, debido no solo a los daños que provocan, sino también a la necesidad de costosas medidas de seguridad.

“Más importante aún es la posibilidad de que, ante la inseguridad, las empresas limiten sus actividades y cancelen planes de inversión. La pequeña empresa sufre estas consecuencias desproporcionadamente en México, aunque Pemex –la empresa petrolera estatal–, también está lidiando con un aumento constante de perforaciones ilegales de ductos, que representan un costo considerable para sus operaciones”.

Finalmente, como quinto punto, el FMI advirtió que México debería continuar respaldando a la mujer en la fuerza laboral.

Dijo que a pesar de la mejora significativa de la participación femenina en dicha fuerza, y en la igualdad de pago, la mujer sigue estando sumamente sub-representada en la economía mexicana.

“Continúa siendo prioritario reducir las disparidades de representación de las madres; los servicios de guarderías y las prestaciones por maternidad y paternidad continúan estando muy por debajo de los pares de la OCDE y podrían contribuir a corregir las deficiencias”, puntualizó.

Fuente: Dinero, Negocios y Finanzas 

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