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En México, hay 1,637 municipios (66.6% del total), donde vive 18% de la población adulta, que tienen una inclusión financiera muy baja, revela un estudio de Citibanamex.

La inclusión financiera, de acuerdo con el Banco Mundial, significa tener acceso a productos y servicios financieros útiles y asequibles que satisfagan necesidades de transacciones, pagos, ahorros, créditos y seguros prestados de manera responsable y sostenible.

Según los resultados de la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, que realiza la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, entre el 2012 y el 2018 se sumaron al sistema financiero, con al menos un producto, 15 millones de mexicanos.

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En la presentación del primer Índice de Inclusión Financiera a nivel estatal y municipal, se destaca que, en contraparte, 59 municipios, que representan apenas 2.4% del total, pero donde habita 22% de la población adulta, tienen una muy alta inclusión financiera.

El reporte precisa que existe una alta relación entre la inclusión financiera y el desarrollo de los municipios, dado que aquellos con una inclusión muy alta representan 30% del PIB, mientras que en donde es muy baja es de apenas 9% del Producto.

De acuerdo con el índice, las tres primeras localidades con una inclusión financiera muy alta dentro de la Ciudad de México son: Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez.

En estas localidades, la mayoría de los indicadores de acceso o uso supera en gran margen al promedio nacional.

Por ejemplo, la alcaldía de Cuauhtémoc es la de mayor número de cajeros por cada 10,000 adultos en el país (49.4 contra 5.5 nacional). Asimismo, lidera los indicadores de establecimientos con terminal punto de venta (565 por cada 10,000 adultos contra 77 del nacional); contratos que utilizan banca móvil (18,752 y 1,511 respectivamente), y cuentas transaccionales tradicionales (62,651 y 8,357).

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El estudio abunda en los contrastes entre el segmento de municipios con muy alta inclusión financiera y los que se encuentran en el extremo bajo.

“Por un lado, en las mediciones de acceso a servicios financieros, sobresalen las diferencias en terminales punto de venta: en los municipios con muy alta inclusión existen 272 en promedio por cada 10,000 habitantes, mientras que en los de muy baja inclusión, la media es de apenas 7.5”, refiere.

Añade: “así, el acceso a servicios financieros a través de este medio es 36.3 veces superior en el primer grupo”.

Por el lado de indicadores de uso de los servicios financieros, los contrastes resultan ser más profundos. Por ejemplo, el número de transacciones en TPV por cada 10,000 habitantes promedia 58,858 en los municipios con muy alta inclusión financiera, en tanto que esta cifra sólo llega a 841 en los municipios con muy baja inclusión.

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El siguiente contraste se observa en las cuentas tradicionales (33 veces superior en el estrato de muy alta inclusión sobre el de muy baja); tarjetas de débito (24.1 veces); tarjetas de crédito (23.6); cuentas de ahorro (18.1); transacciones en cajeros automáticos (16.4); cuentas transaccionales (14.5), y por último créditos totales con 3.2 veces.

A nivel estatal, la Ciudad de México está en el primer lugar, seguida de Quintana Roo, Nuevo León y Baja California Sur con un nivel muy alto de inclusión financiera; mientras que el Estado de México, Hidalgo, Zacatecas, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca y Chiapas con nivel muy bajo.

A decir de directivos del banco, para lograr una mayor inclusión financiera en el país se requieren, entre otras cosas, un mayor desarrollo económico, combatir la informalidad y usar las herramientas tecnológicas como el teléfono celular.

Fuente: El Economista

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