Durante el 2018, la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) generó un costo financiero —pago de interés, comisiones y amortizaciones— por 122,057 millones de pesos, lo que implicó un crecimiento de 15.1%, en términos reales y respecto del 2017.

Es el monto más alto que se haya pagado desde 1990, año hasta donde tiene registro la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en sus estadísticas.

Además, representó 20% del gasto total que se destinó al servicio de la deuda del sector público en el 2018, que fue por 615,041 millones de pesos, lo que registró un crecimiento real de 10%, respecto del año anterior.

Esto se debió a que la deuda financiera de Pemex (en el corto y largo plazo) ascendió a 1.99 billones de pesos al cierre de septiembre del 2018, de acuerdo con los últimos datos de la empresa productiva del Estado.

En el Plan Anual de Financiamiento, Hacienda indica que para el 2019, las necesidades de financiamiento de la empresa ascenderán a 197,000 millones de pesos y para no generar costos mayores a los previstos, se buscará mantener la estructura del portafolio que tuvo Pemex en el 2018.

“Se seguirán privilegiado las emisiones a tasa fija con el objetivo de preservar la estabilidad presupuestal y la de sus actividades de inversión”, destacó la dependencia a cargo de Carlos Urzúa.

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En el 2018, alrededor de 86% de la deuda de Pemex fue a tasa fija y el resto a tasa flotante; aproximadamente 83% de su deuda se denominó en dólares y euros, el resto en pesos y otras monedas. Se registró un plazo promedio a 10 años.

Reduce déficit en el 2018

En su balance financiero, Hacienda indica que el déficit de Pemex se redujo, pues en el 2018 fue por 61,898.2 millones de pesos, 37.1% menor a lo que tuvo en el 2017 por 93,741.1 millones de pesos.

Si bien, los ingresos propios de la petrolera registraron un aumento de 6.8%, con un total de 436,842 millones de pesos, su gasto total fue por 498,740.2 millones de pesos, lo que significó una reducción de 1.7%, respecto del 2017.

Entre los mayores gastos que hizo Pemex durante el 2018 está precisamente el costo financiero de la deuda, pues de su gasto total, 24.4% lo destinó a dicho rubro.

Con respecto al gasto de inversión, la empresa productiva del Estado lo redujo en 10.5%, con lo que sólo ejerció 181,360 millones de pesos, según datos de Hacienda.

Al rescate de Pemex

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha reiterado que uno de sus principales objetivos económicos es rescatar a Pemex de la complicada situación financiera en la que se encuentra.

Si bien, reconoce que lo anterior no se corregirá en un año, espera que la petrolera pueda aumentar su inversión y su plataforma de producción, la cual pasó de 3.4 millones de barriles diarios a 1.8 millones de barriles diarios entre el 2004 y el 2018.

“Era importante poder contribuir en las finanzas de Pemex desde el presupuesto. El gobierno federal identifica que Pemex tiene un problema estructural, el cual está relacionado con la incapacidad que ha tenido para generar las racionalidades necesarias”, expuso en su momento Alejandro Gaytán González, titular de la Unidad de Planeación Económica de Hacienda.

Entre las medidas de apoyo que se le dará a Pemex está el incremento de la deducibilidad de 12.5 a 65% y que cada año reciba 11,000 millones de pesos adicionales a lo presupuestado para que incremente su inversión, expuso el funcionario.

Inversión privada, para no afectar finanzas públicas

Enrique Cárdenas, economista y profesor de la Universidad Iberoamericana de Puebla, comentó que si bien es bueno que se inviertan recursos en Pemex, el gobierno debe aceptar más recursos privados (nacionales o extranjeros) para no afectar tanto a las finanzas públicas del país.

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“Si se siguen tocando los recursos del erario para salvar a Pemex, se dejarán de destinar recursos a otras prioridades, por lo que es fundamental que el gobierno genere condiciones atractivas para que el sector privado pueda invertir en Pemex”.

A su parecer, la apuesta de aumentar la inversión en refinación es una pérdida, pues ello no ayudará al Plan de Negocios de Pemex, por lo que es fundamental que se concentren los recursos en exploración y extracción de crudo.

“Lo veo mal porque gana la parte ideológica y no la parte de necesidad económica”, concluyó Cárdenas.

La semana pasada Fitch Ratings redujo la nota de los bonos de Pemex desde “BBB+” a “BBB”, con perspectiva Negativa, bajo el argumento de que las obligaciones tributarias que el gobierno le impuso a Pemex el año pasado son una preocupación importante.

Fuente: El Economista 

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