En los primeros 100 días de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, expertos coincidieron en que ha habido un manejo responsable de las finanzas públicas, en línea con la disciplina y austeridad plasmadas en el Paquete Económico 2019.
Sin embargo, hay dos temas que preocupan: La situación de Pemex y su futuro en el corto plazo dados los vencimientos de su deuda, y los efectos de una posible desaceleración económica en los ingresos públicos presupuestarios, dijeron especialistas a El Financiero.
Luis Foncerrada, economista en Jefe de AmCham México, consideró que diciembre de 2018 no es indicativo del nuevo gobierno, pero enero de 2019, sí y fue un mes de disciplina en el manejo de las finanzas públicas, ya que se cumplió el compromiso de mantener un superávit primario de casi 16 mil millones de pesos, cifra que está en línea con la meta anual de uno por ciento del PIB.
“El superávit es un indicador importante de la situación global de las finanzas públicas”, indicó.
Para Foncerrada la decisión de la calificadora Standard & Poor’s de bajar la perspectiva de la calificación de México de estable a negativa, citando menores previsiones de crecimiento económico, fue “precipitada”.
Por su parte, Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP), dijo que hay una intención de la Secretaría de Hacienda de mantener finanzas públicas responsables, y advirtió que hay que ser prudentes en el análisis de la política fiscal ante nuevos programas y acciones del gobierno, cuyo gasto falta conocer.
“Sí ha habido contención del gasto y se ve un espíritu de cuidar la hacienda pública. Se tiene que revisar la situación de Pemex y también los ingresos, pues llama la atención que en enero la recaudación de IVA cayó 12.3 por ciento real”, subrayó Villarreal.
Por otro lado, Mariana Campos, coordinadora de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, consideró positivo el esfuerzo de austeridad del gobierno que en enero resultó en un superávit primario, no obstante, subrayó que ante la desaceleración económica se espera menor actividad y en enero se comenzaron a ver cifras negativas en la recaudación del IVA.
“La desaceleración ya tocó los bolsillos del gobierno. Tenemos que generar la mayor confianza y no sería buena noticia una caída del IVA, que es un impuesto relacionado con la actividad económica que, si se cae, lo primero que se afecta son las transacciones comerciales. Esperemos que no haya un contagio al empleo porque ahí ya le pegas al ISR”, advirtió Campos.
Fuente: El Financiero