Por: Noel Jiménez Camarillo[1]
De acuerdo con el reporte de abril de 2022, publicado por el INEGI[2], la inflación general anual fue de 7.68%, cifra que está por arriba de la meta del Banco de México, que es del 3.00%[3]. La Inflación se define como el aumento generalizado y constante de los precios en un periodo determinado; para medirla se construye el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el cual está compuesto por una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares en el país, es decir, se forma a partir de saber en qué y cuánto gastan los hogares.
Esta canasta de bienes y servicios, en su Clasificación Consumo Individual por Finalidades (CCIF), presenta 12 divisiones con sus correspondientes ponderadores. Cada ponderador representa el porcentaje del gasto de los hogares sobre el gasto total, por ejemplo, tal como se muestra en la tabla 1, el 25.77% del gasto total de las familias se destina a alimentos y bebidas no alcohólicas; el 19.64% se destina a vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles; y el 13.76% a transporte.
Cada división está compuesta a su vez por productos específicos (y que igualmente presentan ponderadores), a modo de ejemplo, algunos de los productos con los ponderadores más altos dentro de las primeras dos divisiones son: carne de res 2.15%, refrescos envasados 2.06%, tortilla de maíz 1.86%, pollo 1.52%, leche pasteurizada y fresca 1.49%, cerveza 1.3%, cigarrillos 0.86%, huevo 0.70%, agua embotellada 0.73%, jitomate 0.49%, frijol 0.45%, azúcar 0.35%. Es decir, representativamente en México, dentro de los alimentos, bebidas alcohólicas, bebidas no alcohólicas y tabaco, las familias mexicanas destinan mayor gasto en refrescos envasados que en tortillas de maíz, pollo o leche pasteurizada.
Dentro de las otras diez divisiones restantes, se destaca el gasto en: loncherías, fondas, torterías y taquerías 4.57%, restaurantes y similares 2.82%, renta de vivienda 2.16%, gas doméstico LP 2.17%, automóviles 1.90%, universidad 1.50%, electricidad 1.49%, servicio de telefonía móvil 1.28%, colectivo (transporte) 1.23%, paquetes de internet, telefonía y televisión de paga 1.08%, y autobús urbano (transporte) 1.02%.
Ahora bien, para calcular la inflación existen algunos retos:
El primero consiste en definir una canasta de consumo de bienes y servicios representativa, es decir, en México se contabilizan un poco más de 35 millones de hogares, y cada uno de ellos tiene un patrón de consumo diferente, donde influyen factores geográficos, religiosos, estilos de vida, costumbres, nivel de ingresos, etc.
El segundo reto radica en que los patrones de consumo de los hogares están en constante cambio, los hogares pueden reducir, aumentar, dejar o empezar a consumir ciertos productos y/o servicios. Las modificaciones pueden ser explicadas por un cambio en los precios, calidad, moda etc. Por tanto, es necesario recalcular la entrada y salida de productos de la canasta, así como sus ponderadores.
El tercer reto es la sub-declaración de información, para la generación del INPC, el INEGI se apoya en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) y la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGASTO), encuestas que se realizan a los hogares, y con el cruce de información se encontró que no se declara el verdadero gasto en los siguientes productos: brandy, ron, tequila, otros licores, vino de mesa, cerveza y cigarrillos, para lo cual es necesario realizar ajustes.
El cuarto reto se encuentra en que no todos los precios de los productos y servicios tienen la misma dinámica, ya que sus precios pueden estar sujetos a autorizaciones o regulaciones por parte del gobierno (cambiando los precios de una ciudad a otra), o puede ser que solo exista uno o pocos oferentes en el mercado. Tales son los casos de la electricidad, el servicio de telefonía móvil, derechos por el suministro de agua, cuotas de autopistas, expedición de documentos públicos, transporte público, Gas natural y Gas LP.
El quinto reto se encuentra en los enfoques conceptuales de algunos bienes, por ejemplo, la vivienda; para estimar el servicio de la vivienda, se debe obtener el alquiler que cada uno de los hogares pagaría por contar con un alojamiento con las mismas características, y esta estimación la hacen las mismas familias con base en su apreciación del valor de mercado de la renta de su vivienda. Por tanto, el INEGI necesita hacer un tratamiento de los datos para validar y corregir el sesgo de la información proporcionada, por ejemplo, tanto en vivienda propia como en el de renta de vivienda, INEGI hizo una revisión y ajuste en los hogares que declararon que más del 40 por ciento de su gasto lo realizaron sobre este bien, así como en los hogares que no declararon algún gasto sobre el mismo.
Un sexto reto está sobre los productos estacionales, aquellos productos que no están disponibles, o no se adquieren en todo el año, algunos ejemplos de estos son: el mango, la guayaba, mandarina, ropa de abrigo, libros de texto, aparatos de aire acondicionado, uniformes escolares, etc. En estos casos, y de acuerdo con las características de cada producto, se captan los precios que se encuentran disponibles en algún periodo, y cuando dejan de estar en el mercado se les imputa el precio de dicho periodo.
Estos son algunos de los retos que impone la correcta medición de la inflación, por lo que se debe tener en cuenta que los resultados presentados por el INEGI reflejan una variación promedio, por tanto, el aumento de precios puede afectar en mayor medida a ciertos hogares, por ejemplo: las familias con menores ingresos que destinan una mayor proporción de estos a su alimentación y que se ven fuertemente afectados cuando algún producto básico aumenta de precio.
Medir la inflación implica diferentes retos, en el presente artículo solamente se expusieron algunos de ellos, pero, sin duda, es uno de los indicadores económicos más importantes, ya que sus resultados pueden dar paso a que quienes tomen decisiones en política económica implementen medidas para contener o reducir la inflación.
Fuentes de información:
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (México). Índice Nacional de Precios al Consumidor: documento metodológico: base segunda quincena de julio de 2018 / Instituto Nacional de Estadística y Geografía. — México: INEGI, c2018.
Banco de México. Programa Monetario 2022. Enero 2022. México.
[1] Lic. y Maestro en Economía por la UNAM y Analista Económico de Grupo López Elías.
[2] Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
[3] A partir de 2003, la Junta de Gobierno del Banco de México estableció que la meta permanente de inflación sería una variación anual del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de 3%.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión del Grupo López-Elías.