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Por: Miguel Sánchez Medina[1]


La inflación es un fenómeno que se observa en la economía de una sociedad y consiste en el aumento sostenido, desordenado y generalizado de los precios de los bienes y servicios por un periodo prolongado.

Para el segundo trimestre de 2022, las presiones inflacionarias se han consolidado como el principal reto en materia económica tanto en México como en todo el mundo. Las causas actuales de este fenómeno han sido explicadas por diversos analistas económicos y se remiten a las afectaciones y desbalances provocados por la pandemia del Covid-19, sin embargo, este fenómeno se ha agudizado todavía más por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

En este contexto, el discurso de los gobiernos e instituciones financieras respecto a la inflación cambió de catalogarse como un fenómeno “transitorio”, a reconocerlo como un “desafío” que, de no mitigarse, podría traducirse en una significativa pérdida del poder adquisitivo durante los próximos años.

En México, el pasado 9 de mayo, el INEGI[2] publicó que la tasa anual de inflación para el mes de abril se ubicó en 7.68%, el nivel más alto observado en los últimos 21 años[3].  El desafío para el país no es menor, sobre todo si consideramos que de acuerdo con la ENIGH 2020[4], el 20% de los mexicanos con menores ingresos destina el 49% de su gasto en alimentación; mientras que el 20% con mayores ingresos destina el 32%. Lo anterior, permite dimensionar cómo la inflación tiene un impacto sobre la población en situación de pobreza y cómo se agudiza la desigualdad.

En respuesta a lo antes planteado, el Banco de México (Banxico), en cumplimiento con el mandato establecido en el artículo 28 constitucional donde se establece que “su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional”, ha adoptado una política monetaria de carácter restrictiva y, en consecuencia, ha elevado la tasa objetivo[5] hasta un nivel de 7.00%, 300 Puntos Base (PB) por arriba del nivel observado en mayo del 2021.

De acuerdo con el consenso de diversos analistas financieros, se espera que la tendencia continúe al alza derivado de las presiones inflacionarias del mercado interno, así como de los aumentos en las tasas de interés externas. En este último punto, vale la pena recordar que el pasado 4 de mayo del presente, la FED[6] realizó el mayor incremento en su tasa objetivo (50 PB) en los últimos 22 años[7], lo que nos da una idea de la magnitud del desafío que la inflación representa a nivel mundial.

Si bien Banxico es la autoridad responsable de preservar el poder adquisitivo de la moneda, es lógico que el Gobierno Federal comparta las preocupaciones sobre la escalada de los precios debido al impacto social que esto tiene sobre la población, particularmente sobre los sectores más vulnerables. En este sentido, el pasado 4 de mayo el Presidente de la República, presentó el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC).

Dicho documento enlista una serie de medidas que tienen como objetivo estabilizar el precio de la canasta básica estimulando la producción, la disponibilidad y el acceso a un grupo determinado de bienes y servicios, sobre todo aquellos a los cuales las familias más vulnerables destinan un alto porcentaje de su gasto. Asimismo, es importante resaltar que algunas de estas medidas se concertaron con representantes y actores del sector privado y donde no se observaron medidas coercitivas para éstos, lo que en estricto sentido técnico-económico descartaría un control de precios.

Entre las principales medidas destacan algunas enfocadas en estabilizar los precios de los insumos energéticos mediante subsidios; estimular la producción agropecuaria con estímulos a través de los programas “Sembrando Vida” y “Producción para el Bienestar”; la entrega de fertilizantes; y la suspensión a las cuotas compensatorias para la importación de sulfato de amonio.

Por otro lado, se brindarán estímulos al transporte de mercancías mediante el no incremento de peajes en carreteras administradas por CAPUFE[8] y FONADIN[9] durante 2022; el no incremento de tarifas ferroviarias; y la reducción de costos y tiempos en aduanas. Asimismo, el Paquete considera aranceles cero a la importación de 21 productos de la canasta básica y a 5 insumos estratégicos; el fortalecimiento de los programas de abasto Diconsa y Liconsa; la congelación de tarifas de Telcel y Telmex durante 2022, entre otros.

En el entorno actual, con problemas y cuellos de botella en las cadenas de producción, los estímulos a la producción agropecuaria y a las redes de transporte podrían traducirse en un incremento de la oferta de productos, lo cual podría tener un efecto sobre los precios. Sin embargo, los posibles beneficios tardarían al menos un par de trimestres, ya que incrementar la producción agrícola está sujeta a los ciclos productivos y su éxito dependerá de la eficiencia de ejecución de estos programas y de factores externos como fenómenos de sequía.

Respecto a las estrategias de comercio exterior, éstas podrían tener un impacto menor, porque dependen de factores externos como los precios internacionales de los granos, mercados donde Rusia y Ucrania tienen gran incidencia.  Por otro lado, los anuncios de congelamiento de tarifas como los de Telcel y Telmex, que son de carácter voluntario y complementario, representan una buena noticia para los consumidores; no obstante, en un escenario donde no se logre controlar la inflación, los precios de las telecomunicaciones, al igual que el resto de los bienes en la economía, no podrían congelarse por mucho tiempo.

En síntesis, este Paquete podría generar beneficios y estímulos para estabilizar la oferta en el corto plazo, pero su éxito depende en parte de elementos que no controla el Gobierno Federal, siendo factores externos como el clima y los mercados internacionales. Asimismo, es fundamental que el Gobierno Federal considere las restricciones presupuestales para los subsidios a los energéticos de tal manera que no se ponga en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas.

Es importante reiterar que la autoridad responsable de la estabilidad de precios es Banxico, y que la política monetaria es su principal herramienta para normalizar el nivel de precios, por lo que las medidas anunciadas por el Gobierno Federal no tendrían efecto si la inflación persiste en el largo plazo. No obstante, donde sí puede incidir el Gobierno Federal para mejorar el poder adquisitivo de la población en el corto, mediano y largo plazo, es facilitando mejores condiciones para el crecimiento económico.

El principal mecanismo para el incremento sostenido de los salarios reales en la economía es el crecimiento económico, debido a que el incremento de la productividad y la generación de empleos presionan al mercado laboral de manera positiva.

En este sentido, el Gobierno Federal debe de promover condiciones de confianza y certidumbre para la inversión privada; así como de potencializar la inversión pública en proyectos que generen un valor agregado a la economía en aras de estimular el crecimiento. Lo anterior, se percibe como un reto formidable, ya que de acuerdo con estimación de la CEPAL[10], el PIB[11] de México crecerá 1.7% durante 2022, lo que dejaría al país -1.9% por debajo de 2018 (Croda, 2022), año donde el PIB alcanzó su nivel máximo.

Sin duda, las medidas anunciadas en el PACIC serán objeto de análisis desde la óptica de las políticas públicas, sin embargo, este Paquete debe de complementarse con una visión de largo plazo que tenga un especial énfasis en el crecimiento económico (De la Calle, 2022). Sólo así, se podrá recuperar el poder adquisitivo y el bienestar de los trabajadores y evitar que la inflación agudice los históricos problemas de pobreza y desigualdad en México.


[1] Licenciado en Economía por el ITAM y Analista Económico de Grupo López Elías.

[2]Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

[3] Para medir la inflación, el INEGI da seguimiento cada mes a 235 mil precios en 46 ciudades del país. La información se procesa tomando en cuenta qué tanto se gasta en ellos, para así saber cuál de los rubros tiene mayor importancia en el consumo de las familias.

[4] Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos del Hogar 2020, INEGI.

[5] Meta establecida por el Banco de México para la tasa de interés en operaciones de fondeo interbancario a un día.

[6] Reserva Federal de los Estados Unidos de América.2]6] Reserva Federal de los Estados Unidos de América.

[7] El último incremento de 50 puntos base de la tasa objetivo de la FED se realizó el 16 de mayo del 2000.

[8] Caminos y Puentes Federales.

[9] Fondo Nacional de Infraestructura.

[10] Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

[11] Producto Interno Bruto.

Bibliografía:

  1. INEGI, Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020.
  2. Banco de México, Sistema de Información Económica, Tasas de Interés Representativas.
  3. Federal Reserve, Open Markets Archive.
  4. El Universal, “Punto por punto, consulta todo el Paquete contra la Inflación y la Carestía de AMLO”, 2022.
  5. Croda Rafael, “Estanflación”, el mal que aqueja la economía mexicana, Revista Proceso, 2022.
  6. De la Calle Luis Fernando, “Migración e inflación, relacionadas y galopantes, El Universal”, 2022.

Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión del Grupo López-Elías.

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