El crecimiento de México se tornará robusto hacia 2020 con un incremento anual del PIB de 2.8 por ciento, desde las tasas de 2.2 y 2.5 por ciento previstas para 2018 y 2019, respectivamente, señalan estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Este comportamiento ascendente del PIB implicaría que la economía nacional se desacoplaría de la estadounidense, para la que la OCDE prevé un menor ritmo de crecimiento al pasar de 2.9 por ciento en 2018 a 2.1 por ciento en 2020.
La previsión para México se basa en un incremento del consumo interno por el aumento real del salario y por la recuperación de la confianza asociada a los planes de inversión pública anunciados por el próximo gobierno.
Tras mantener sin cambios sus pronósticos para la economía mexicana para éste y el siguiente año, como los ajustó en septiembre, la OCDE señaló en su informe ‘Perspectivas Económicas Internas’ que en 2020 podría haber una expansión del PIB apoyada también en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
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El acuerdo, que está próximo a ser firmado en Argentina, permitiría compensar las menores exportaciones derivadas de condiciones globales menos favorables, especialmente en Estados Unidos.
El bajo desempleo, los fuertes flujos de remesas y la recuperación del salario real soportarían el consumo de los hogares en México, en tanto la inversión, que ha sido persistentemente baja, se fortalecería con los planes de inversión pública anunciados.
La OCDE confía en que las expectativas de inflación están bien ancladas dentro de la banda del objetivo del banco central y advirtió de una política monetaria más relajada a medida que la inflación se modere gradualmente.
No obstante, señaló que los riesgos son considerables derivados de los precios de la energía y las renovadas presiones cambiarias para el peso. “Las autoridades necesitarían elevar las tasas de interés si estos riesgos produjeran mayores presiones inflacionarias. El mantenimiento de la disciplina fiscal es importante para mantener la relación deuda sobre PIB en un camino decreciente”, recomendó el organismo al próximo gobierno.
Enfría la perspectiva global
La acumulación de riesgos como mayores tensiones comerciales, el endurecimiento de las condiciones financieras y una desaceleración en China, propiciaron que la OCDE recortara nuevamente sus pronósticos de crecimiento para la economía mundial en 2019 a 3.5 por ciento, desde 3.7 por ciento que estimó en septiembre y 3.9 por ciento que había proyectado en mayo.
La OCDE advirtió que las tensiones comerciales han aumentado la incertidumbre para los negocios y los riesgos de interferir en las cadenas de valor globales y en la inversión, especialmente en regiones ligadas a EU y China, a lo que se suma la incertidumbre geopolítica en Europa y Medio Oriente.
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Fuente: El Financiero