El grado de inversión de México no está en peligro en ninguna de las tres principales agencias calificadoras: Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s.

Tal como lo han explicado analistas de las tres calificadoras, la probabilidad de que un emisor con calificación “A3” como la de México en Moody’s o “BBB+” en Fitch y Standard & Poor’s caiga en impago es mucho menor de 5 por ciento.

“Salvo que tengamos sorpresas muy negativas, y que cambien bastante el escenario fiscal y económico, lo que no se ve de ninguna manera”, aseguró Jaime Reusche, analista soberano para México en Moody’s, el 4 de diciembre del año pasado.

Aparte, el analista soberano en Standard & Poor’s, Joydeep Mukherji, explicó el 31 de enero que cuando un país transita por un cambio de gobierno genera incertidumbre en el mercado.

Precisó que en la calificación soberana de México, que es “BBB+”, están tomando en cuenta la deuda explícita del sector público y los pasivos contingentes, donde claramente están las obligaciones de Petróleos Mexicanos. Sin embargo, comentó que tendría que pasar un deterioro en las finanzas públicas de manera prolongada, para tener repercusión en la calificación soberana.

También en conversación, la analista soberana para México en Fitch, Shelly Shetty, dice que “con una calificación que está tres escalones arriba del grado de inversión, como la de México, significa que es capaz de honrar sus pagos y que puede acudir al mercado”.

Las tres agencias acotaron que el espectro de sus calificaciones son de largo plazo, lo que significa que son para un periodo de 18 a 24 meses. Plazo en el cual realizan nuevos diagnósticos.

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Estos plazos pueden acortarse si se presenta una sorpresa negativa que ponga en riesgo la solidez de las notas.

Señales de calificaciones

También en conversación, el pasado 30 de enero, la vicepresidenta senior de Moody’s explicó que cuanto mayor es la calificación crediticia de un emisor, más bajo es el riesgo de incumplimiento y es menor la demanda de un premio para tener los bonos, porque el riesgo es bajo.

Cuando un país cuenta con el grado de inversión, cuenta con tasas casi preferentes para acceder a financiamiento.

El grado de inversión facilita el acceso de un emisor al grupo de inversionistas con una posición más sólida y mayor capacidad para prestar recursos.

“Si eres grado de inversión y pides prestado, tienes acceso a más inversionistas que te prestan más recursos, cobrándote menos intereses. Cuando un emisor está en grado especulativo, hay menos disponibilidad de recursos entre un menor número de inversionistas que te cobrarán mas”, dijo la especialista en riesgo soberano.

Fuente: El Economista

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