El gasto público cayó 6.1%; economía va en línea con la tendencia mundial, decisiones internas agudizan la situación.

El Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída de 0.2% en los primeros tres meses del año, respecto del trimestre inmediato anterior, de acuerdo con cifras oportunas, ajustadas por estacionalidad, divulgadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Si se confirma la estimación oportuna en la cifra final que divulgará el instituto, el 24 de mayo, será la primera contracción al arranque de sexenio, desde la de Ernesto Zedillo en el primer trimestre de 1995, cuando la economía se contrajo 5.7%, lo cual sucedió tras el error de diciembre.

Entre enero y marzo pasados, los dos sectores productivos que generan la mayor aportación al PIB nacional, el industrial y el de servicios y comercio, presentaron caídas presionando el desempeño general de la  actividad económica.

El director de Estudios Econométricos del Inegi, Juan Martín Rodríguez, explicó a El Economista que las cifras desestacionalizadas permiten descontar efectos estacionales, como en este caso la Semana Santa; y al aislarlos, se puede dar un seguimiento directo del comportamiento trimestral.

Es la primera fotografía de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Al revisar los componentes del PIB, se observa que las actividades secundarias, correspondientes al sector industrial, cayeron 0.6% con lo que completaron una segunda caída trimestral consecutiva, este desempeño amplió la contracción observada en el cuarto inmediato anterior, que fue de 0.9 por ciento.

La tendencia era a la baja y se agudizó ante las políticas públicas y decisiones erráticas que dirigió desde la Presidencia Andrés Manuel López Obrador, enfatizaron Gabriel Pérez del Peral, profesor e investigador en la Escuela de Gobierno y Economía, de la Universidad Panamericana, y el director de Investigación Económica en el think tank Saver, Luis Pérez Lezama.

Desabasto de gasolina y de expertos, factura cobrada

El desabasto artificial de gasolina; la cancelación de las rondas petroleras; el desconocimiento en el ejercicio del gasto público, ante la falta de experiencia y conocimiento del entramado normativo de quien toma decisiones y resultado de los recortes de personal en el sector público han sido determinantes para agudizar la caída, precisa el catedrático.

“El gasto público cayó 6.1%; es natural que en el primer año se den subejercicios, que no gasten; pero ahora se magnificó por la falta de experiencia y de conocimiento del entramado normativo de quien toma decisiones, que prefiere no firmar a tener implicaciones de tipo legal. Y esto es resultado directo de los recortes de empleo en el gobierno de especialistas en manejo de gasto y presupuesto”, explicó.

En tanto, el directivo de Saver destacó que la economía del país se comporta en línea con la tendencia mundial, que es de desaceleración, “pero las decisiones al interior del gobierno pronuncian o agudizan la situación de tal forma que si continúan estos factores igual, la tendencia internacional y políticas que no fortalecen al consumo, inversión y gasto, estaremos viendo una actividad por debajo de la esperada”.

Comercio y servicios, primera caída

La información del Inegi evidencia que las actividades terciarias, relativas al comercio, transporte y otros servicios presentaron una primera caída trimestral entre enero y marzo de este año, de 0.2 por ciento.

Esta contracción no ha sido vista desde el tercer trimestre del 2017, lo que evidencia que tampoco el consumidor se siente seguro y su demanda no es suficiente para contener la contracción, afirmó el experto de Saver.

El catedrático de la Universidad Panamericana dice que para estimular a este sector, se requiere un cambio en el enfoque del gobierno, que hoy quiere ser protagonista de la economía.

Hoy el protagonista es el sector privado, el principal generador de empleo son las empresas, y el gobierno debe apoyarlas para que florezcan, produzcan y detonen el crecimiento e incentiven así el consumo.

Pérez Lezama destaca que “parece haber un vuelco en el sector primario y lo que por años motivó el impulso a la economía fue el sector terciario. Y que el volumen de dinero y producción que no están en ese segmento, están en el agropecuario, es también origen de que no se tenga un impulso en el sector servicios”, pero hay que esperar a que se consolide la tendencia.

Agricultura, el contrapeso

En su cuenta oficial de Twitter, el subgobernador de Banco de México, Jonathan Heath, explicó que el retroceso del PIB en el trimestre habría sido mayor, pero el avance de las actividades primarias hizo la diferencia.

Los datos del Inegi muestran un avance de 2.6% en este componente de actividades, el único con datos positivos. Este segmento incluye agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza.

No obstante a su participación como contrapeso, las actividades del sector primario presentaron una desaceleración respecto del dato en el cuarto previo. La información del Inegi muestra que las actividades de este segmento registraron un incremento de 3% en el cuarto trimestre del año pasado.

Pérez del Peral explica que las actividades son un indicador compuesto, que sí compensaron la caída, pero traen una tendencia a la baja, pues continúan en desaceleración.

Destaca que México dejó de ser rural desde hace más de tres décadas.

“Es un país de servicios y una economía industrializada manufacturera, en especial, activa en el sector automotriz”.

Fuente: El Economista

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