Dr. Benjamín Gutiérrez Zapién

En la administración publica, es necesario que exista una gestión de recursos económicos y financieros, tanto en lo que se refiere a su origen, como a su utilización, y a esto se le denomina «Hacienda Pública».

La Hacienda Pública se define como todas las acciones y actividades que llevan a cabo las entidades, para obtener, administrar y ejecutar los recursos económicos y financieros necesarios para mantener la infraestructura y servicios de distintas actividades, entre la que se incluye la educación, sanidad, defensa nacional y seguridad ciudadana, infraestructura, etc.

El financiamiento forma parte de una de las fuentes de la hacienda pública; y, al ser una fuente de financiamiento que otorgan organizaciones financieras tanto públicas como privadas, resulta primordial garantizar los recursos que serán necesarios para cubrir el pago de dichas obligaciones que se contraigan. Por lo general existe factores externos de mercado que pueden afectar los costos asociados al financiamiento.

El uso de seguros o instrumentos de cobertura, para proteger los financiamientos de la administracion pública, son una alternativa efectiva como mecanismo de mitigación de los riesgos de mercado ante variaciones en los costos asociados al mismo.

Los instrumentos de cobertura de riesgo son productos financieros que permiten gestionar de manera separada cada uno de los riesgos a los que está expuesto el activo que se desea proteger (por ejemplo, el financiamiento). Cuando se habla de cobertura, lo entendemos como la reducción de determinados riesgos. Sin embargo, los instrumentos que hacen posible esta reducción también permiten, en general, tomar riesgos nuevos o asumirlos de manera distinta a los activos tradicionales. Los instrumentos de cobertura son derivados, es decir, activos cuya evolución depende de la que sigan otros (conocidos como subyacentes). Entre los más utilizados se encuentran las opciones y los futuros, y estos pueden ser negociados en mercados organizados y fuera de estos, conocidos como OTC, o “Over the Counter”.

Los instrumentos derivados realizan una aportación primordial ya que separan el riesgo en distintos componentes, que pueden negociarse de manera independiente. Esta separación del riesgo permite concentrarse en el factor cuya evolución pensamos nos beneficiará, eliminando la posibilidad de sufrir pérdidas (pero también se corre el riesgo de eliminar beneficios adicionales) como consecuencia de movimientos desfavorables de los restantes.

En este sentido, se puede hablar estrictamente de instrumentos de cobertura, como mecanismos para reducir o eliminar los riesgos que asume una administración pública al momento de contratar un financiamiento, puesto que su función es anular total o parcialmente determinados comportamientos de ésta. Con esta estrategia, se busca reducir la incertidumbre de manera total o bien eliminando solamente los movimientos perjudiciales que puedan afectar los intereses y objetivos de la Hacienda Pública de las entidades.

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