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Haydeé Alexis Miranda Hernández[1]

La pandemia se ha convertido no sólo en un problema de salud para la sociedad mexicana, sino también en un problema de crisis educativa, que está afectando a todos los estudiantes, sobre todo a los de hogares más vulnerables.

El 24 de enero de 2022, en el marco del Día Internacional de la Educación, la UNESCO[1] declaró que, desde hace dos años, la pandemia por COVID-19 ha provocado interrupciones en los sistemas educativos de todo el mundo, afectando con mayor intensidad a los alumnos más vulnerables, incrementando las desigualdades y agravando la crisis educativa que ya existía antes de la llegada de la pandemia. La falta de conectividad y el acceso a dispositivos excluyó al menos a un tercio de los estudiantes de seguir aprendiendo a distancia.

Uno de los principales retos que enfrenta la educación en el país hoy en día, son las desigualdades sociales-educativas. Tan sólo en 2018, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), afirmaba que en México existían 52.4 millones de personas en situación de pobreza y otros 8.6 millones en pobreza extrema, prácticamente la mitad de la población estaba -y muy probablemente sigue- en un estado de vulnerabilidad, lo que ha dificultado las nuevas estrategias de llevar la educación a las familias mexicanas; muestra de ello es que CONEVAL[2] publicó que el rezago educativo ha ido en aumento: en 2016 era de 18.5%, en 2018 de 19% y en 2020 subió a 19.2%.

Lo anterior denota el grave problema de desigualdad que existe en el país y la pandemia profundizó estas desigualdades en el sector educativo en México. Ante la necesidad de cancelar las clases presenciales por la pandemia, el gobierno mexicano y las instituciones educativas recurrieron a alternativas tecnológicas para seguir brindando educación a más de 36 millones de niños y adultos en el país. Sin embargo, la nueva oferta virtual enfrenta serias limitantes, dificultades y cuestionamientos. Entre los factores que condicionan el acceso a una educación de calidad en línea son: la clase social, la raza, la etnia, el género, la ubicación geográfica y el tipo de institución educativa a la que pertenecen (Lloyd 2020).

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, el 76.6% de la población urbana cuenta con acceso a internet, mientras que en la zona rural sólo llega al 47.7%; y aunado a esto, sólo el 44.3% dispone de computadora en sus hogares. Por lo que, casi la mitad de los niños y jóvenes de zonas rurales no tienen acceso a clases en línea.

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), solo 26 de cada 100 estudiantes que iniciaron su educación primaria en el ciclo escolar 2004-2005, lograron terminar estudios superiores en el ciclo escolar 2020-2021. En la gráfica siguiente, se presenta la eficiencia terminal del sistema educativo escolarizado por Estados, durante los ciclos escolares 2019-2020 y 2020-2021, donde se observa la desigualdad existente en el país, ya que, Estados como Oaxaca y Chiapas reportan una eficiencia terminal de 12 de cada 100, en cambio en Estados como Ciudad de México  y Nuevo León es de 46 y 41 respectivamente.


[1] United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization por sus siglas en inglés, es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

[2] CONEVAL. Nota técnica sobre el rezago educativo, 2018 – 2020 (5 de agosto de 2021).

De lo anterior, sumado a la problemática que generó la pandemia, se pueden desprender al menos tres  efectos y consecuencias en la educación en México:

  1. Cierre de las escuelas por COVID-19.

Para evitar el contagio en las escuelas, se tomaron medidas de cierre de todas las escuelas a todos los niveles educativos. Esto tiene efectos directos en la educación como son:

  • Interrupción del aprendizaje: en su gran mayoría los estudiantes dejan de aprender las materias académicas, sobre todo en los niños de preescolar, donde es menos probable que sus familias le den prioridad a su aprendizaje.
  • Deficiencia en el aprendizaje: la brecha de aprendizaje aumenta ya que solo los estudiantes que cuentan con apoyo familiar de nivel económico medio, tienen posibilidades de seguir aprendiendo desde casa.
  • Reducción del apego a la escuela: el riesgo de la deserción escolar aumenta pues el apego de los estudiantes vulnerables se reduce por la falta de incentivos académicos y docentes que ofrecían las escuelas en la modalidad presencial.

En este sentido, la SEP reporta que la tasa neta de escolarización en niños de 3 a 14 años ha disminuido en los últimos ciclos escolares: en el ciclo 2019 – 2020 fue de 93.1%; en el ciclo 2020 – 2021 fue de 91.2%; y se espera que para el ciclo 2021 – 2022 sea de 90.9%.

  • Crisis económica en el país.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la economía se contrajo 8.5% en 2020. Esto trae consecuencias para los gobiernos, y a su vez en la calidad educativa:

  • La crisis económica del país conlleva a una disminución en los ingresos fiscales, así como las demandas que continuarán en otros sectores como el sector salud, esto impone una mayor restricción presupuestaria al sector educación y por ende menores recursos disponibles para los docentes.
  • La calidad educativa sufre las consecuencias, ya sea mientras se tienen clases en línea o cuando se reinicien las clases presenciales, por ejemplo, la falta de evaluaciones a los estudiantes durante los cierres implica que los docentes estarán a ciegas con respecto al aprendizaje al mismo tiempo que tratan de apoyar a sus alumnos a distancia.
  • Esta crisis podría impedirle a toda una generación manifestar su verdadero potencial.
  • Crisis económica en estratos de la población medios y altos.

La crisis económica a su vez tiene efectos en los hogares con niveles socioeconómicos medio y alto, lo que se traduce en el cierre de escuelas privadas, menor aporte de recursos de los padres al sector educativo, deserción escolar y aumento del trabajo infantil:

  • La disminución de ingresos en los hogares como consecuencia de la crisis llevó a padres de familia a cambiar a sus hijos a escuelas públicas, lo que implicó que escuelas privadas cerraran por la falta de demanda y de ingresos.
  • Hay familias que no cuentan con los recursos necesarios para insumos escolares como libros, útiles, uniformes, clases particulares etc., y no pueden mantener a sus hijos en la escuela, por lo que los alumnos abandonan y dejan inconcluso sus estudios.
  • El efecto de abandono de los alumnos por falta de apoyos económicos, sobre todo en aquellos catalogados como más vulnerables, provoca que tengan que salir a trabajar para llevar alimentos a sus hogares y dejen como prioridad a la educación.

Respecto a lo anterior, la SEP reporta que para el ciclo escolar 2020 – 2021, la cantidad de alumnos del sistema educativo disminuyó 2.55% con respecto al ciclo 2019 – 2020; el sector privado fue el más afectado, con una reducción en sus alumnos de 13.84%. En el ciclo escolar 2019 – 2020 en el sistema educativo había 46,675 escuelas privadas y para el ciclo escolar 2020 – 2021 disminuyó a 45,163.

En cuanto al abandono escolar en la educación media superior: para el ciclo escolar 2019 – 2020 era de 10.3%, para el ciclo escolar 2020 – 2021 fue de 10.8% y se espera que para el ciclo 2021 – 2022 aumente a 11.3%.

Como se puede observar, el problema de salud derivado de la pandemia generada por el COVID-19, se ha convertido en un problema público no solo en el ámbito de la salud, sino también de la educación. Si todos estos impactos no se controlan y no se buscan estrategias para mitigarlos, pueden generar consecuencias en el corto plazo y repercutir en el largo plazo, tanto para los estudiantes, como para la sociedad en general.

BIBLIOGRAFÍA

  • Día Internacional de la Educación 2022: cambiar de rumbo para transformar el aprendizaje. UNESCO, 2022.
  • Lloyd, M. (2020). Desigualdades educativas y la brecha digital en tiempos de COVID – 19. Universidad Nacional Autónoma de México.
  • SEP. Principales cifras del sistema educativo 2019 – 2020.
  • SEP. Principales cifras del sistema educativo 2020 – 2021.

[1] Haydeé Miranda es Candidata a la Maestría en Finanzas Públicas por la Universidad IEXE y Analista Económico en López Elías Finanzas Públicas.

Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión del Grupo López-Elías.

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