El control ejercido en el gasto operativo del sector público federal durante este sexenio, que creció 1.1% anual real frente a más de 4.0% en los tres sexenios previos, fue para hacer “espacio” al gasto en rubros considerados irreductibles y que ejercieron mayor presión en el presupuesto.
Datos de la Secretaría de Hacienda muestran que el pago de pensiones y jubilaciones alcanzó el récord de 581 mil 267 millones de pesos en enero-septiembre de este año, lo que implicó una tasa de crecimiento anual de 6.6% entre 2013 y 2018.
Otros rubros irreductibles fueron las participaciones dirigidas a los estados y el servicio de la deuda, que en conjunto sumaron un billón 146 mil millones de pesos, el monto más alto de la historia para un enero-septiembre, y que representó un aumento de 7.7% promedio anual real durante este sexenio, la tasa más alta de los últimos cuatro periodos presidenciales.
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El gasto programable en 2018 se compuso por montos y tasas de crecimiento récord en el servicio de la deuda, que alcanzó 493 mil 411 millones de pesos (alza de 11.3% real anual en el sexenio) y en las participaciones a los estados con 652 mil 770 millones de pesos, que aumentaron 5.4% anual sexenal en los primeros nueve meses del año.
Estos aumentos, cada vez mayores del gasto en pensiones, deuda y participaciones han ocasionado que el gasto irreductible ahora represente 42% del total, cuando en 2012 era de 32.2%, en 2006 de 39.2%; en 2000 fue de 39.8% y en 1994 de 37.9 por ciento.
Factores
El aumento del gasto en pensiones está relacionado con que cada vez se jubilan más personas en el régimen de transición del IMSS y de otros esquemas públicos como el del ISSSTE, Pemex y CFE.
El pago de pensiones, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, seguirá creciendo hasta alcanzar un máximo hacia 2035-2040.
Por su parte, el mayor pago de intereses de la deuda está asociado a las tasas de interés y al tipo de cambio.
En cuanto a las tasas de interés, las internas pasaron entre 2013 y 2018 de 3 a 8%; y en las externas, la tasa referencia de la Reserva Federal de EU pasó de 0.25 a 2.25% en su límite superior. Estos dos aumentos elevaron el costo de la deuda en moneda nacional y extranjera.
Por su parte, el tipo de cambio sufrió una depreciación importante en el sexenio, al pasar de 12.97 a 20.41 pesos por dólar, lo que elevó principalmente el costo financiero de la deuda externa del país.
Finalmente, el mayor pago de participaciones está relacionado con el aumento de la recaudación federal participable, que es la bolsa de ingresos tributarios y petroleros de la cual se calculan las transferencias. A septiembre, esta bolsa alcanzó 2.4 billones de pesos, un crecimiento de 4.3% real anual durante
el sexenio.
Pensiones casi equipara nómina
Hace 23 años, por cada peso que gastaba el sector público en pensiones y jubilaciones, erogaba 6.2 pesos en la nómina de los servidores públicos; relación que se ha reducido hasta ubicarse en 1.4 pesos en 2018, revelan cifras de la Secretaría de Hacienda.
Así, la presión que ejerce el pago de pensiones en el presupuesto es tal que en enero-septiembre representó 70.4% de lo que se gastó en la nómina de todo el gobierno, organismos autónomos y empresas del Estado, que fue 825 mil 675 millones de pesos de pesos.
En 2012, el pago de pensiones representaba 48.3% del gasto ejercido en servicios personales de todo el sector público; en 2006, esta proporción era de 33.3%; en 2000 fue 18.7%; y en 1995, 16.0 por ciento.
Los datos muestran que esto responde al contraste de la velocidad en la que crece cada rubro.
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En este sexenio, el pago a quienes adquirieron el derecho a una pensión o jubilación ha crecido 6.6% promedio anual en términos reales, en tanto que el pago a empleados públicos lo ha hecho a una tasa de 0.1%, lo que significa que, para la burocracia, los aumentos han sobrepasado por casi nada la inflación general a nivel agregado.
Situación similar se registró en los tres sexenios pasados: en el periodo 2007-2012, las pensiones crecieron a una tasa media anual real de 9.0% y los sueldos y salarios lo hicieron en 2.5%; entre 2001 y 2006, la diferencia fue 14.2% vs. 3.6%; y para el sexenio 1995-2000, la brecha fue 8.9% frente a 5.3 por ciento.
De mantenerse esta tendencia y dado el tope salarial fijado en la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, en el que ningún servidor podrá ganar más que el Presidente de la República (108 mil pesos al mes), todo apunta a que en el próximo sexenio el gasto en pensiones iguale, e incluso supere, el ejercido para remunerar al personal que trabaja para algún organismo del Estado.
Fuente: Dinero en imagen