Por: Lizbeth Enríquez Gómez[1]
En toda estrategia de mercadotecnia, ya sea de un producto o de un servicio, uno de los pilares fundamentales es la imagen. Con el tiempo nos hemos dado cuenta de su importancia, por ejemplo, la mayoría de las tiendas departamentales nos dejan ver que su imagen se relaciona directamente con la definición de su estrategia de marca, es decir, a qué público se dirigen.
En este sentido, la imagen de un servidor público debe ser un factor relevante en la estrategia de su desempeño profesional. De acuerdo con Isaac Hernández[2], especialista en comunicación y marketing político, nos indica que la gente recuerda:
- 1% de lo que toca.
- 2% de lo que escucha.
- 5% de lo que ve.
- 15% de lo que prueba.
- 35% de lo que huele.
Dentro de toda estrategia se debe conocer bien quién es la audiencia objetivo; así mismo, es necesario conocerla a detalle, desde cómo visten, qué buscan, cuáles son sus costumbres, tradiciones, sus necesidades y carencias, entre otras características. Analizar a la audiencia objetivo nos ayudará para obtener la clave de todo: generar empatía. Cuestión fundamental cuando se decide ser servidor público.
Cualquier marca debe tener claro el objetivo de la creación de un producto. Por ejemplo, el surgimiento de las SUV´s (camionetas) responde a que, conforme las familias fueron creciendo en número de integrantes, las armadoras de autos cubrieron la necesidad de transportar a familias de muchos integrantes. Ahora bien, todos debemos tener claro que el objetivo de todo servidor público es el de servir a la comunidad.
En la actualidad, la polarización de opiniones y las redes sociales hacen que todos tengamos voz, es decir, juzgamos y tomamos una postura. Es por eso por lo que las opiniones y el mundo entero está dividido. El gran reto de un servidor público, con su imagen y con toda su estrategia, debe ser puente de equilibrio, en donde los dos polos puedan encontrar un fin común.
Como hemos mencionado, lo más importante es la empatía, ser una persona que inspire, que proyecte crecimiento y sea aspiracional. Toda persona busca lo mismo: inteligencia, educación, salud, dinero, trabajo, diversión, amor, etc. El servidor público debe tener claridad de ello y no por eso ser lejano a su audiencia, todos tenemos un fin común.
La imagen puede ser un factor que nos aleje o atraiga a una persona. Puede ser un elemento que comunique los valores que queremos transmitir. Algunos componentes como la ropa, el peinado, la higiene personal, el lenguaje corporal, etc., se deben considerar para lograr penetrar con mayor aceptación a. público objetivo. No se debe dejar elementos al azar, siempre hay que considerar quién se es, qué persona se quiere ser y a quiénes queremos cautivar, buscando siempre generar empatía con la audiencia, en este caso con la comunidad a la cual queremos comunicar y cautivar.
Actualmente se ha visto que un servidor público tiene un reto mucho más grande por la velocidad en la que se mueve la información, ello gracias a las redes sociales. Es por eso por lo que se tiene que definir quién se quiere ser, quitar todo lo irreal y trabajar en el objetivo del servicio. Por esta gran polaridad el servidor público debe ser ese puente de unidad entre la comunidad, su imagen debe estar enfocada a las personas que se busca servir.
Finalmente, la imagen pública es un elemento que nos ayuda a construir empatía con la sociedad y así alcanzar el principal objetivo del servidor público: servir a la comunidad.
[1] Licenciada en Mercadotecnia del ITESM y Líder de Mercadotecnia de Grupo López-Elías.
[2] Isaac M. Hernández Álvarez, asesor político independiente, especialista en comunicación y marketing político en Santa Cruz de Tenerife.
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión del Grupo López-Elías.
